Refugiados
En 1989, el Rev. Francisco Feliberto Pereira fundó el Ministerio del Buen Samaritano (SWGSM) con el propósito de ayudar a los refugiados que huían de las muchas atrocidades en sus países de origen. Se define como «refugiado» a una persona quien ha sido desplazado de su país por la necesidad de huir de la guerra, la persecución o algún desastre natural. El reverendo Pereira llegó a ser refugiado cubano tras de sufrir terrible persecución religiosa en Cuba en la década de los 1960, y ser sentenciado a 1,431 días de trabajo forzado por su compromiso como seguidor de Cristo.
En vez de abandonar su fe o su llamado como pastor, después de graduarse del seminario, decidió seguir al Señor sin importar el costo.
El reverendo Pereira llegó a ser refugiado cubano tras de sufrir terrible persecución religiosa en Cuba en la década de los 1960, y ser sentenciado a 1,431 días de trabajo forzado por su compromiso como seguidor de Cristo.
Feliberto entonces pudo beneficiarse del rescate aéreo mas grande de su tipo en la historia de Estados Unidos y logró escapar, junto con su esposa y dos niños pequeños. Tras de esta experiencia se ha dedicado a ayudar a otros refugiados quienes también han experimentado persecución, ya sea religiosa, política, o como víctimas de la violencia y la guerra.
Nuestro ministerio ayuda a los refugiados en cinco formas principales: transportación, alojamiento, asistencia legal, acompañamiento espiritual y comidas. Los refugiados son el énfasis principal de nuestro ministerio, y hacemos todo lo posible para reunificar a las familias quienes han sido separadas por causa de la violencia–una vez de que hayan recibido el proceso legal debido y su permiso de traslado.
Los servicios de inmigración (ICE) y seguridad nacional (Homeland Security) federales nos entregan un promedio de 25-30 refugiados cada mes, a quienes podemos ayudar con su pasaje en autobús, con ropa, y fondos para sus comidas en los largos viajes que les esperan. En algunas instancias, también trabajamos con abogados en forma «pro-bono» para intervenir en casos especiales.
A través de todo este proceso, creemos que el evangelio es «el poder de Dios para salvación para aquellos que creen» (Rom 1:16), y nos esforzamos por compartir el evangelio con cada persona quien llega a nuestras puertas, con la participación de nuestra iglesia local ”Iglesia Cristiana Ebenezer (DC) ”, donde continuamente vemos obras milagrosas del Espíritu Santo en la conversión de muchas personas que sufren y necesitan de Cristo. Creemos que es importante alimentar tanto al cuerpo como al alma.